Friday, June 23, 2006

Cartas de lector.

Vivir en un país tercermundista en días como estos, es realmente aterrador. No tanto por la violencia que predican en los noticieros o por la economía que pareciera no poder caer más. No, vivir en un país como Colombia, y más aún, asistir a una facultad de Derecho en este país en días como estos, es realmente aterrador.
Todos los días durante ya varios semestres, he asistido a cátedras donde me enseñan que Colombia es un Estado social de derecho, un país democrático, con una constitución tal vez muy amplia y reciente, pero valiosa para un pueblo que se alimenta de ella.

Lunes, 8:00 de la mañana, entro a clase de penal y estudio cada uno de los delitos que comprende el código, discutimos algunos casos y salgo con un aire de justicia que no me cabe en los pulmones. Llego a mi casa para ver en el noticiero casos como el de “La Guaca”, y en ese momento, esa ley que me llenaba de orgullo, esos fallos proferidos por los honorables jueces y magistrados de la República que me parecían dignos de aplausos, se me vienen a tierra. No estoy diciendo que la justicia en Colombia este muerta, pues considero que aún contamos con funcionarios judiciales que se apropian de su labor en todo el sentido de la palabra; pero si tengo que aceptar –un poco a regañadientes- que la justicia en nuestro país es en muchas ocasiones manipulada por esa mano invisible que hace mella en los cimientos de una nación asfixiada por un poder ventrílocuo de la normatividad.

Es inaudita la acusación que recae sobre estos 147 soldados, y es triste saber que su condena será inevitable si no se hace algo al respecto, si el descontento social que éste caso genera no se hace sentir. Si como es costumbre, nos quedamos con los brazos cruzados mientras vemos la decadencia de la justicia pasar por nuestros ojos.

La soberanía recae sobre el pueblo. Ya hemos permitido que muchos inocentes sean condenados de la manera mas drástica, mientras quienes realmente deben ser castigados, salen libres o peor aún, terminan siendo senadores de la República.

Los 50 soldados que por estos días prolongan su espera de ya más de 3 años, están a la expectativa de su condena. Ellos han permanecido en la cárcel todo este tiempo por un error (si, cometieron un error) pero no por un delito, no porque su conducta desembocara realmente en un tipo penal tal como el prevaricato por apropiación.

La justicia es para todos, pero no solo para todos aquellos que no contaron con la suerte de ser o conocer a alguien “importante” en este país.

Por: CP

3 Comments:

At 3:26 PM, Anonymous Anonymous said...

Si, soldados que son victimas de nuestra realidad, victimas al no recibir ningún tipo de beneficios por parte del estado. La gran mayoría de nuestros soldados profesionales son originarios del campo y de los estratos más bajos, si son de la ciudad. Pretendes que nos cuiden, den la vida por nosotros, estén atentos a movimientos extraños y nos garanticen un estado de máxima seguridad. Pero en esa busca de la tranquilidad, los elegimos a ellos, victimas de su entorno, de su mala educación, su falta de mundo, porque a muchos de ellos no los sacamos ni del monte, los pasamos del cultivo heredado por sus padres, directo a la guerra generacional, heredada por nosotros en las grandes ciudades.

Se hace gran mención al hecho de que estos soldados decidieran celebrar la gran fortuna en bares de mala muerte y burdeles de baja calaña, en una de las poblaciones mas recónditas de Colombia. – Pero es que se fueron fue a gastársela donde las putas! Dicen muchos de los que levantan el dedo acusatorio, pero esconden el del auto corrección. Claro que si! Claro que se la tenían que gastar en trago y putas. Que pretendíamos tal vez, que la invirtieran en la bolsa, montaran un negocio, o viajaran por el mundo? Si gracias a la basta educación que les brinda nuestro gobierno nacional, a los jóvenes más humildes de Colombia, para luego volverlos soldados, estos no saben que un dólar es mucho más que un peso y que a la hora de limpiarse la anatomía, después de hacer del cuerpo, los dos sirven para la misma mierda.

Es mas culpa nuestra que de ellos. Porque no los dejamos en paz.

 
At 3:52 PM, Blogger Rud said...

He seguido ese doloroso caso a través de la prensa, pero no sé qué podemos hacer para ayudarlos.
Si emprendemos una cruzada nacional en la que muchos enviemos mensajes de apoyo, ¿sería posible concienciar a las autoridades para que den marcha atrás?
Hace unos años, únicamente enviando mensajes vía Internet pudimos salvar a Amina, una joven africana que había sido condenada a muerte por tener un bebé fuera del matrimonio.
Podríamos intentarlo con los pobres soldados.

 
At 3:53 PM, Blogger Rud said...

He seguido ese doloroso caso a través de la prensa, pero no sé qué podemos hacer para ayudarlos.
Si emprendemos una cruzada nacional en la que muchos enviemos mensajes de apoyo, ¿sería posible concienciar a las autoridades para que den marcha atrás?
Hace unos años, únicamente enviando mensajes vía Internet pudimos salvar a Amina, una joven africana que había sido condenada a muerte por tener un bebé fuera del matrimonio.
Podríamos intentarlo con los pobres soldados.

 

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